Hace unos días, el ex Barcelona Pablo Marchetti publicó una nota en Perfil, que al finalizar, decía:
“Pero me dijo un amigo progresista blue que, más allá de eso, debemos apoyar a Insfrán. Porque me dijo que si pierde Insfrán, se viene la derecha.”
Mas cerca, geográficamente hablando, tuve la ocasión de sufrir en carne propia a uno de estos progresistas blue, que creyó muy ingeniosa la frase “si marchás con la derecha, sos la derecha“, aludiendo al #18A o una que ya lo califica directamente como candidato al premio especial al N&P del año, “hasta los chorros salen de la cárcel, de la derecha no se vuelve”
Pero hay muchas cosas que vamos a tener que entender, de la misma forma que los progres blue, si no queremos que se venga la derecha.
Por ejemplo, Insfran. Pobre muchacho. Hay que aceptarle que persiga y haga golpear y atropellar a los Qom, habitantes originarios de Formosa, que no quieren resignar sus tierras ancestrales para que se las sojicen. Porque de lo contrario, se viene la derecha.
Pero también tenemos el blanqueo de capitales. Hay que dejar que los delincuentes pasen tranquilos por el Banco Central con sus dólares. La “Chancha” Alé, por ejemplo. Susana Trimarco no se va a oponer que compre dólares blue en la cueva con la guita que agarró por la venta de Marita Verón y vaya a cambiarlos por Cedines. Porque de lo contrario, se viene la derecha.
Es necesaria la urgente “democratizacion de la justicia”. Sería imposible que se pueda tener una justicia democrática si no llenamos la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia con conjueces que son reconocidos abogados al servicio de Lázaro Baez y su cadena de laverraps. O dejaría de ser democrática si la pareja de un juez de la Corte Suprema no pudiera evitar una condena por trata de personas pagando una multa. Porque si a Báez o al concubino de Zaffaroni se los condena, se viene la derecha.
Que podemos decir de la Presidente y el ex presidente, con su declaración jurada patrimonial donde se verifica que, de pura casualidad, el incremento en sus bienes inmobiliarios se produjo precisamente entre 1977 y 1981, cuando Videla era presidente de facto. Decir algo al respecto, claro está, es hacer el juego para que se venga la derecha.
Ni que hablar de los cajeros, choferes y jardineros millonarios que ahora compran bancos, empresas, casinos, bingos, petroleras o construyen inmensas represas hidroeléctricas. Esa es la evidencia de que el modelo funciona.
Quejarse de que funcione muy despacio y que justamente los primeros beneficiados de sus bondades sean los amigos mas cercanos es poner el modelo en duda, esa es la herramienta de los fachos para que se venga la derecha.
Vamos, ¿quien no ha hecho un negocio inmobiliario en la Ciudad de Buenos Aires? Pues los muchachos del FPV y los del PRO, “casualmente”, coincidieron en uno en la Legislatura porteña. Y cuado hubo que tener desocupado el lugar, se armó un poquito de despelote. Pero la culpa es de los locos y esos que los cuidan, que parecen estar mas locos que los locos. Por eso están en el Borda. Y por eso hay que pegarles, porque hay que estar loco para votar por gente que puede provocar que se venga la derecha.
En Famatina están que trinan. Eso es porque con la minería ya no quedan ni los pajaritos, que cuando toman agua se mandan un pedo que les saca las tripas pa’fuera de tanta porquería que tiene. Ahi también hay que pegarle a los que se quejan del agua contaminada. Con la que ya tomaron, se les fundió el seso y dicen que hay cancer y contaminación. Los argumentos perfectos para que se venga la derecha.
¿Lanata? ¿Quien puede creer lo que dice el gordito golpista cipayo gorila vendepatria? ¿Clarín? ¿La Nación? ¿Tenembaum? ¿Caparrós? ¿Blanck? ¿Wiñazki? ¿Longoni? Creanlé a todos esos nomás, y van a ver como se viene la derecha.
Como pueden ver, para esta gente hay una sola opción. Bancarse todo. Si querés un gobierno de izquierda, tenés que bancarte a los chorros, a los asesinos, a los violadores de pibes, a los mentirosos, a los rosqueros, a los que anhelan poder coartar la libertad de prensa y la de expresión, y a vices, gobernadores e intendentes de la derecha, que fueron puestos por un gobierno de “izquierda”.
Porque, claro, si no ponés al vice, al gobernador o al intendente de la derecha, se viene la derecha. Y ahi ya no hay vuelta atrás.
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