Se acercan las elecciones

Como dice el título, estamos a menos de 5 meses de un nuevo acto eleccionario en Argentina.
Y como vengo pronosticando en cada elección y acertando sin margen de error, voy a pronosticar nuevamente el resultado electoral: TODO VA A SEGUIR EXACTAMENTE IGUAL.
Es mas, durante estos cinco meses vamos a ver lo mismo que venimos viendo en cada elección que se da en nuestro pais. Los que estaban juntos van a ir separados, los que estaban peleados separados van a ir juntos, los que ya están van a seguir estando, los que deberían irse también se van a quedar y los que deberían estar no tienen ninguna intención de amargarse la vida.
Hace ya varias elecciones que tomé una decisión personal: no voy a votar.

Y lo hago desde la postura de transformar en positivo una acción negativa como la de no poner el voto en la urna.
Ya quienes por algún motivo o por otro nos manifestábamos en desacuerdo por medio del voto en blanco hemos sido relegados a la categoría de NADA. Nuestro voto en blanco ha pasado a merecer la misma consideración que el voto nulo.
Esto ha sido calculado por la “corporación política” con buen ojo para las previsiones, ya que en las elecciones de setiembre de 2003 en la Pcia. de Bs. As, el blanco alcanzó un 12 % de los sufragios.
Con la ausencia del voto, al menos, logro despejar esa sensación que me queda, similar a lo que nos comentaban nuestros padres de cuando fueron a votar por primera vez, que sin pasar por el cuarto oscuro, les palmeaban la espalda y le decían “ya votaste pibe”.

La no participación en los comicios se encuentra en lento pero paulatino aumento. En la última elección presidencial alcanzó el 25 % del total del padrón. Aunque no se puede considerar de ninguna manera que todos ellos sean por decisión (hay que considerar quienes no pueden concurrir a votar por distancia, enfermedad, etc) no podemos dejar de resaltar que Mr. K ganó con el 22,2 % y Mendez huyó del ballotage con un 24,5 % en su mochila.
También es significativo que el voto en blanco pasó del 21 al 2,5 % entre el 2001 y el 2003, dando la pauta de que no soy el único que está podrido de que se me obligue a ejercer un derecho para que después se lo pasen por el forro del culo no sea considerado como tal.

“¿Qué solución le ofrece el sistema político a un ciudadano para el ejercicio de su derecho al sufragio si éste no encuentra coincidencias con ninguno de los candidatos ni con las plataformas que ofrecen los partidos políticos?. Votar por los menos malos le crea una gravísima responsabilidad al haber dado su apoyo a personas o ideas que después podrán ejercer el poder en perjuicio del bien común.
Descartando el voto observado o anulado por considerarlo defectuoso la única posibilidad que le queda es el voto en blanco, condenado a la inexpresividad por nuestra legislación y beneficiando indirectamente a candidatos e ideologías con las que no concuerda o que le producen un profundo rechazo. Una forma de dignificar el voto en blanco es convertirlo en un voto ejemplificador asignándole en el sistema electoral algún tipo de representación; estableciendo, por ejemplo, un sistema por el cual el voto en blanco genere bancas sin cubrir en los órganos representativos. Esto obligaría a la dirigencia política a preocuparse por adquirir una mayor profesionalidad ante el peligro de quedar sin electores al perder su prestigio ante la opinión pública.
Dr. Adolfo Bernardo Saravia
Nota: Este Dr. no es santo de mi devoción (fue uno de los que solicitaron el cierre de la muestra de Leon Ferrari), sin embargo, este extracto refleja fielmente mi punto de vista.

No me voy a subir al atril a gritar con voz engolada, mientras revoleo en el aire el dedo índice de la mano derecha, porque si algo desprecio es convertirme en lo mismo que critico, pero si algún político llega a leer (y entiende) este texto y desea contar con mi voto nuevamente, lo que deberían hacer es:
Establecer la votación nominal. Hoy en día, si no pueden implementarlo es porque no quieren. Gastan tanto dinero en estupideces que bien podrían destinar una partida para implementar el voto electrónico y la facilidad de escrutinio que brinda para esta forma electoral.

Con esto, y en virtud de considerarlo un importante avance, volvería a votar, pero, a aquellos que promuevan:

Representar efectivamente el voto en blanco. Otorgandole una silla vacia en los concejos deliberantes y/o cámaras de diputados. Al menos, nos ahorramos un montón de guita en dietas y sueldos de asesores fantasmas.
Mecanismos plesbiscitarios vinculantes. Devolver la representación a traves del voto a los ciudadanos para que decidan cuestiones fundamentales de su sociedad aprovechando cada elección bianual. Podríamos hacer un listado kilométrico de cosas que se pueden votar en cada ciudad, provincia o a nivel nacional, pero para dar un ejemplo de mi ciudad, se nos podría consultar que queremos que se haga con la basura (ya que los basureros están colapsados y nadie entendió lo que significa “relleno sanitario”) o como queremos que se adjudique el transporte colectivo de personas.
Ya que en definitiva, si nos equivocamos, la basura nos va a tapar a nosotros y el transporte, si resulta mas caro, será parte del precio a pagar hasta la próxima licitación.

Con esto, ya me doy por conforme. El resto de los requerimientos, referidos a educación, salud, justicia, distribución de riqueza, tecnología y todo aquello que creamos que nuestros “representantes” defienden en forma equivocada podrá ser corregido utilizando los mecanismos precedentes.

De otra manera, seguiremos buscando al “salvador de la patria” que nunca va a llegar. O que si llega, lo haga encarnado en un nuevo Hitler, Mussolini, Pinochet, Perón, Bush, Franco y sigue la lista.

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