Charles Darwin fue uno de los científicos que cambiaron el mundo. No creo que de esto le quede ninguna duda a nadie.
Ni siquiera a aquellos que se escandalizaron con la simplificación de que “el hombre desciende del mono”.
Aunque se cumplen 200 años de su nacimiento, no voy a hacer un relato ni de sus logros, viajes o descubrimientos. Darwin me resulta una persona maravillosa porque, a pesar de su posición acomodada y su casi seguro destino de pastor protestante tras haber demostrado pocas ganas para la medicina, se nutrió de las incipientes ideas que avalaban la evolución natural como complemento del “diseño inteligente” y salió a realizar sus propias observaciones.
Fue tras los 5 años de viaje por el mundo a bordo del Beagle que comenzó a esbozar el que fuera su libro mas popular, y aunque afectado por graves problemas de salud, logró editarlo en 1859 (el 22 de noviembre se cumplen 150 años) con el título de El origen de las especies mediante la selección natural o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida
Este libro provocó justamente lo que el dogmatismo religioso repudia. La crítica, la discusión, el debate y por sobre todas las cosas, la distribución del conocimiento hacia las masas populares.
Y dado que ya no podían apelar al ocultismo como en la edad media, tapando dentro de los conventos lo que no querían que se conociera, comenzaron a dispararle a la teoría de la evolución. Y a darle mucha mas trascendencia, llegando a prohibir su enseñanza por ley.
Que es justamente lo que motivó el llamado “juicio del mono” en 1925 contra John Scopes, un profesor que enseñó a sus alumnos esta teoría a pesar de que la ley del estado de Tennessee prohibía expresamente, “la enseñanza de cualquier teoría que niegue la historia de la Divina Creación del hombre tal como se encuentra explicada en la Biblia, y reemplazarla por la enseñanza de que el hombre desciende de un orden de animales inferiores.”
Con los años, este caso fue trasladado al cine en una obra que lleva por título “Heredarás el viento” (Inherit the wind), la cual no puedo dejar de recomendar verla y aprovecharla para disfrutar el haber nacido en una época en la que, a pesar de la resistencia, el saber, la ciencia con sus hechos verificados y las teorías y su implícito llamado a la discusión, han empujado al ocultismo dogmático hacia reducidos rincones donde solo se mantienen a base de mentiras.
Porque, como dice la biblia en el libro de los proverbios, de donde fue tomado el título de la obra
Aquel que cree disturbios en su casa heredará el viento:
y el tonto se convertirá en el sirviente del sabio de corazón
Gracias Charles por la sabiduría de tu corazón y el habernos legado algo mas que un libro.
8 comentarios
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Yo tambíen hice un pequeño homenaje 🙂
http://www.josezanni.com/blog/?p=188
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Como me gustaría a mi también tener una foto con Darwin, con Newton, Einstein, etc.
Al menos con Vinton Cerf y Richard Stallman ya tengo
A ver si las publicas!
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Acá tenés una, la otra no me acuerdo si la tengo local, ya que estaba en el sitio de shutdown.org.ar (que ahora está offline)
http://www.salinas.com.ar/www/fotos-icann/mvc-854x.jpg
Te hacía más joven… ¿¿y ese de gorrita es el que inventó internet?? Quien diría, parece mas bien un asesino serial 😀 😉
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Je, no sabés, desde la terraza del Sheraton tenía a todos los cajetillas del golf club en la mira
Me dejaste con la boca abierta… Te hacia mas joven yo
Veo que dije lo mismo que dijo alguien mas arriba 😀