Sobre la seguridad – en mordete.com.ar

Este es otro par de post que publiqué en Mordete, sobre la temática de seguridad e inseguridad.
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Araca la cana

En menos de una semana, el 9 de junio para ser mas precisos, y de no mediar ningún “inconveniente”, estaremos participando de la segunda consulta popular de la historia de Mar del Plata. La anterior fue hace 17 años, en 1996, y con una importante similitud con esta: en ambas, lo importante era el aumento de los impuestos municipales. La del siglo pasado, para hacer obras, la de este siglo, para financiar una Policía Municipal.

La historia de esta nueva consulta comienza a fines de marzo, cuando en su mensaje al Honorable Concejo Deliberante, al inicio del 98o. período legislativo, el Intendente Gustavo Pulti se ve obligado a presentar una propuesta de creación de policía municipal, debido a que en los 3 primeros meses del año la cifra de asesinatos había llegado a 25, en una escalada preocupante de inseguridad.

Tras 5 años de gobierno sin una política de seguridad, sin medidas paliativas, desaprovechando 28 millones de pesos para lograr nada, la realidad se ocupó de hacerlo trastabillar y tener que subir la apuesta, debiendo apelar a lo que mejor ha sabido hacer desde que asumió como intendente: anuncios.

Y el anuncio de esta ocasión fue la Policía Municipal. En realidad, el título, porque de la policía no se supo absolutamente nada hasta que pasaron los días y las semanas. Ni como iba a estar compuesta, ni quien la iba a manejar, ni cuanto iba a costar, ni cuantos agentes y oficiales iba a tener, ni si van a portar armas, ni si van a poder detener delincuentes … eso si, antes se supo que se iba a utilizar “la última tecnología electrónica” y hasta un helicóptero.

También habló de una consulta popular para que la ciudadanía “decida” si la quiere o no, por un lado, a sabiendas que ante la necesidad de contar con mayor seguridad, le votarán hasta la compra de un elefante rosado si pudiera hacernos creer que sería un buen elemento de prevención. Pero por el otro, utiliza un mecanismo que no le complace, aunque, en este caso, le sirve para patear el problema hacia adelante.

La ciudad tiene una gran cantidad de problemas que requieren de debate y participación y que no son de una urgencia inusitada como es la de tratar de que no sigan matando personas.
Para estos temas no hay consulta ni participación popular.

* – La decisión de que clase de urbanismo queremos, si preferimos una construcción en altura y en el microcentro, a pesar de que los defensores del patrimonio arquitectónico, urbanistas y los propios expertos venidos de Curitiba no lo recomiendan, no es consultado.

* – La ausencia de planes de preservación de espacios verdes y reservas naturales, sumados al impacto de la industria, la construcción, el tráfico y la agricultura sobre el medio ambiente, provocan una degradación de la calidad de vida de los ciudadanos y no hay día que no veamos una violación a las leyes que exigen la presentación de declaraciones de impacto ambiental (reserva puerto, canchita de los bomberos). No se consulta ni se da participación en estas decisiones a la ciudadanía.

* – El transporte público de Mar del Plata tiene una reglamentación que establece la realización de una encuesta de satisfacción del usuario sobre el servicio. A pesar de ser una obligación y una forma de participación, el Intendente lleva 5 años sin exigir su cumplimiento. De mas está decir que hasta los borradores redactados por el, creando una Comisión Vecinal de Control del Transporte, nunca fueron convertidos en decreto.

* – En referencia al Código de Ordenamiento Territorial, en la primera audiencia pública del gobierno de Pulti se habló de generar “un debate amplio”. Es mas, algunas palabras de Pulti fueron:
Las continuas EXCEPCIONES que han sido tratadas a lo largo de las últimas décadas, el carácter cuestionable de éstas, la incertidumbre ante las excepciones de aquellos sectores que no han sido beneficiarios de las excepciones, la incertidumbre sobre la transparencia de esas decisiones, sobre la conveniencia pública de esas decisiones, son temas que evidentemente una nueva legislación puede ayudarnos a superar.

Esa nueva legislación nunca fue puesta en consideración, no se convocó a nadie, no se consulta ni se escucha a ninguno de los que, hasta la semana pasada, siguen protestando contra las continuas excepciones al C.O.T. que el gobierno de Acción Marplatense fomenta día tras día, negocio tras negocio.

* – El Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias, C.E.M.A. se construyó con dinero de la Nación, se equipó con fondos de la Provincia y quedó a cargo de la Municipalidad la provisión del personal y sus sueldos, los insumos y su mantenimiento. Nunca se hizo una sola consulta a la población y hasta está verificado que durante 2012 se han malversado 1.9 millones de pesos de la tasa de salud para pagar gastos corrientes.

Así es con muchos temas: la recolección de residuos pende de un hilo, el reciclaje se hace “a la que te criaste”, el viejo basural no se remedia, el puerto es inaccesible para los cruceros turísticos y porta-contenedores y la fuerza laboral del puerto sufre a ese ritmo, la destrucción de la forestación de la Avenida Libertad hubo que salir a impedirla con los tapones de punta, la conversión de la vieja Terminal en un shopping fue una frustración mas y que dejó a muchos ciudadanos con un sabor amargo por ver como los negocios personales de los poderosos de la ciudad se imponen sobre las leyes y el bien común, la planta de pretratamiento de efluentes cloacales va navegando en un mar de … indefiniciones

¿Cuantos de estos temas eran tan, pero tan urgentes, que corrieran peligro las vidas de los ciudadanos, como para ir tomando decisiones apresuradas e inconsultas?

Creemos que ninguna. Que en todos los casos nombrados anteriormente y seguramente en muchos mas, se podría haber tardado un poquito mas en decidir y hacerle sentir a la ciudadanía que sus aportes y quejas se transformaban en mejoras a los planes propuestos.

Llegamos así, entonces, a notar por el contraste cual es la importancia que Pulti le da a la participación y los motivos reales para la convocatoria a una consulta popular en la que juega dos cartas juntas que nunca le resultarían ganadoras, probablemente, por separado.

En la consulta se votará por si o no la creación de una policía municipal y la financiación de la misma con un 16% de aumento de tasas.

Ya tenemos una sobre-tasa de salud, una sobre-tasa por la basura, sería delirante pensar que la ciudadanía va a aceptar una nueva sobre-tasa, en este caso para la seguridad, si se consultara en forma individual sobre la creación de la policía por un lado y la financiación por el otro.

Es el propio Intendente el mismo que, 17 años atrás, cuando se hace la primera consulta popular que relatamos al principio de la nota, quien propone que en al SI o NO del aumento de tasas para realizar obras se agregue la opción “SI con ahorro, eficiencia y financiamiento”. Como se puede apreciar, el “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago” fue y será una constante en la vida de Pulti.

Pero, dejando de lado lo anecdótico y volviendo al tema, el decreto de convocatoria a la consulta popular no establece el carácter de vinculante de la misma. Es mas, tampoco dice específicamente que la misma es “no vinculante”, aunque cita el art. 40 de la Constitución Nacional, que establece que “El Congreso o el Presidente de la Nación, dentro de sus respectivas competencias, podrán convocar a consulta popular no vinculante. En este caso el voto no será obligatorio.”
Si refiere al art. 67 de la Constitución de la Pcia. de Bs. As., pero sin citar específicamente la sección en la que determina que las consultas pueden ser vinculantes si así lo dispone una mayoría del total de los diputados y senadores, lo que, dada la equiparación de las ordenanzas a las leyes, se podría considerar que se pueden equiparar las mayorías de los votos de la legislatura provincial a los de los concejos deliberantes.

Por si todo esto no fuera poco, se contrató, por supuesto que después de hacer el anuncio, al Dr. Alberto Bianchi para que emitiera un dictamen sobre la capacidad legal que tienen los municipios para crear sus propias policías, a pesar de la limitación que impone la ley provincial de que la cantidad de habitantes del partido sea menor de 70.000.

Este mecanismo no es nuevo. Ya en el año 1966, el por entonces Intendente Jorge Raul Lombardo había contratado al prestigioso constitucionalista y ex miembro de la Suprema Corte, Rafael Pedro Bielsa, para que preparara el dictamen y presentación del conflicto de poderes entre la Municipalidad y la Provincia por la jurisdicción entre el camino de la costa y la linea de mareas.

El problema que se presentó ahora es que, al poner el carro delante del caballo, la situación que se plantea es la de una posible imposibilidad de llevar adelante el objetivo. El propio Bianchi, en su dictamen, indica que “no puede ocultar” que la propia Suprema Corte de Justicia de la Pcia. de Bs. As. piensa distinto a el.

Mas precisamente, en el fallo del 22 de diciembre de 2010, en la causa Vega c/ Municipalidad de Gral. Pueyrredón, indica claramente que “La policía de seguridad, en lo concerniente a la preservación de la integridad física de las personas y sus bienes así como el aseguramiento de la tranquilidad ciudadana, no corresponde a la esfera de competencias comunal … Las disposiciones de la ley 12.154 definen ese cometido público como asunto de competencia exclusiva del Estado provincial

La pirueta es la misma de siempre. Si nos favorece, es jurisprudencia y se aplica pretendidamente a todas las circunstancias. Si es contraria a nuestros intereses, hay que considerar el contexto, la temporalidad, que “es mas una descripción de la realidad que una afirmación sobre el derecho aplicable”.

Mas allá de ponernos a discutir si es una descripción de la realidad o una afirmación sobre el derecho aplicable, lo importante es que la decisión definitiva sobre cual de las dos opciones es la correcta va a corresponder a la propia Corte Suprema. Pero, en vez de consultar primero a la Corte, se llamó directamente a consulta a la ciudadanía, poniendo en riesgo que la voluntad ciudadana sea irrespetada, finalmente, por motivos técnicos que se podrían haber constatado previamente.

El camino ideal debería haber sido convocar a la ciudadanía a discutir un plan de seguridad para la ciudad, en el cual podría haberse integrado una policía municipal, consultar en la forma mas rápida posible a la Corte sobre la legalidad de esta policía, en caso afirmativo por la legalidad, mientras se continuaba resolviendo el plan de seguridad, se decretaba la creación de la policía y se solicitaba a la provincia la ayuda correspondiente en el aspecto monetario o se podría haber comenzado a desmembrar el cuantioso aparato de funcionarios jerárquicos que se ha ido construyendo y que, según la fuente, varían entre 100 y 150 personas con cargos políticos y de sueldos superiores a los 25.000 pesos.

Sin embargo, el camino elegido fue el de anunciar lo que no estaba previsto, minimizar los inconvenientes mientras se sigue anunciando y anunciando lo que puede llegar a fallar, mandar a los alcahuetes e inútiles de siempre a chicanear a la oposición con frases como “si tienen otra propuesta que la traigan” o “si saben otra forma de financiar la policía que la digan porque no se les escucha”.

Previamente a pronunciar estas barbaridades, no mas de un mes atrás, tuvieron ocasión de mandar al archivo un proyecto de declaración de emergencia de seguridad para el partido de Gral. Pueyrredón.

Se aprecia, en cada ocasión que se presenta, que la convocatoria a presentar ideas o soluciones es solo una maniobra efectista y solo para que sea recogida por los medios, de la misma manera que son capaces de declarar que un pedido de reducción de costo de boleto para los estudiantes un año es “imposible sin afectar la economía de las empresas” y también “una movida que busca rédito político”, pero que al año siguiente pasa a ser “una preocupación de toda la vida de este gobierno”.

No estamos de acuerdo que se bastardee el poder del pueblo con estas maniobras de política de cabotaje.
No estamos de acuerdo que se le pretenda poner a la población una zanahoria delante de la nariz para tratar de evitar llegar a un proceso eleccionario sin una crisis que les empañe el relato.
No estamos de acuerdo que se utilice la memoria de los vecinos asesinados como elemento de distracción.
No estamos de acuerdo que se consulte a la ciudadanía sin garantía de respeto a su opinión, o que se gaste dineros, que entre otras cosas, no se utilizan para reparar las escuelas, por un capricho del intendente.

En definitiva, no estamos de acuerdo con la consulta popular porque es una falta de respeto total al vecino y tiene como único objetivo salvar de la quemazón las papas de un gobierno que se disfraza de fomentista de la participación cuando en realidad son un grupo que tiene a la política (y los cargos que otorga) como un fin y no como una herramienta para la equidad.

(Nota: texto basado en el comunicado de Apertura y Participación, agrupación a la cual pertenezco)



La inseguridad mal entendida empieza por casa

La vorágine informativa hace que cualquier tema sobre el que se quiera escribir haya quedado en el olvido o fuera de la agenda mediática en el tiempo que se tarda en escribir sobre ello.

No se terminó de suspender la consulta popular por la sobretasa de seguridad para financiar una policía municipal en Mar del Plata que ya tenemos un nuevo choque de trenes con víctimas fatales, un asesinato de una menor con un portero que parece mas un “pesto” que un asesino, las filmaciones de como vaciaron de documentos la financiera SGI antes de que recibieran la carta documentos donde les informaban que los iban a allanar y hasta la confirmación de “mufa” del horario de los domingos a las 21:30 para los partidos de futbol tras el 5-1 sufrido por River contra Lanús.

Sin embargo, quiero retomar el tema de la seguridad, o la inseguridad, que había quedado con final abierto en mi último escrito.

Por si no lo recuerdan, mi nota anterior arranca así: “En menos de una semana, el 9 de junio para ser mas precisos, y de no mediar ningún “inconveniente”, estaremos participando de la segunda consulta popular de la historia de Mar del Plata”

No, no me voy a regocijar diciendo “yo les dije”, porque la verdad es que pensé que la suspensión de la consulta iba a llegar de la mano de la Suprema Corte de Justicia y no por medio de un vergozoso mutis por el foro tramado por el Intendente de la ciudad ante lo que ya se veía venir como una paliza histórica en las urnas, a pesar de haber contado con el caballo del comisario para esa carrera.

Lo peor de este intento de “participación popular” trucho fue la respuesta sobreactuada de “quedamos con las manos atadas”, que les permite patearle el problema hacia la provincia y seguir haciendo la plancha, aunque ahora en vez de decir que “la seguridad es un tema de la provincia” pueden hacerse las víctimas y decir que “el juez se arroga la voluntad del pueblo y no nos deja hacernos cargo”. Bullshit!!!, dicen los yankis a boca de jarro cuando escuchan cosas como esta.

Y de repente aparecen notas que necesitás leer varias veces para entenderlas. Tal fue lo que me sucedió con la que fuera publicada en el blog de Perfil “Relato del Presente“, que si bien arranca como una reflexión sobre muerte de Angeles, pega duro a mas de uno. Y voy a detallar algunos de esos golpes, porque corresponde acusar recibo y hacerse cargo.

Jode porque sólo hay tres formas de ver un policía: en el lugar del hecho, tarde y con el delito consumado, en la Comisaría al hacer la denuncia, o de a miles para custodiar que los integrantes de la patria del aguante no arruinen sus ya penosas vidas en un partido de fútbol que sirve sólo de excusa para ver cuál hinchada la tiene más larga.

Jode, y vaya que jode, porque nos llevaron a la ridiculez extremadamente pelotuda de tener que agradecer porque “nos trataron bien, al menos no nos mataron”, cuando nos sacaron los que nos costó laburo conseguir y, por si fuera poco, nos mandaron al psiquiatra para poder dormir por las noches.

Estas dos son las que conmueven un poco las estructuras mentales que uno tiene. Una policía que idealizamos que debe estar al servicio de la comunidad cuando en la realidad no es mas que un ministerio con todas las burocracias encima. Y la segunda, que hace que te des cuenta que cuando sos víctima terminás sintiendo que tuviste suerte de que solo fuiste víctima sin el agregado de “fatal”.

Pero el párrafo que realmente me cambió de lugar fue este:

Y es que no somos otra cosa que un cacho de carne, una góndola portadora de lo que el eventual delincuente desea y no sabe/no le interesa aprender a conseguir de un modo legal, sea un par de zapatillas, un celular o efectivo. Somos entes sin nombres que nunca tuvieron infancia, que no tienen padres, que no tienen hermanos, que no tienen hijos, que no tienen proyectos, que no tienen sueños, que no tienen otra cosa para darle a la sociedad que ser proveedores descartables y sumisos de lo que el otro quiere ya, porque le pintó, porque le gustó, porque se le cantó que así tenía que ser.

Esta es la realidad. Y aunque suene de derecha, muy de derecha, no hay progresismo, garantismo o abolicionismo penal que pueda sacar de la galera una respuesta que pegue de la misma manera.

Y este texto nos deja con un sabor amargo. El de saber que el problema de la inseguridad no tiene una resolución sencilla ni fácil ni que dependa de la aprobación de un impuesto para financiar un cuerpo de policía. Es un problema social que tiene tantas ramas y derivaciones a resolver que no podría considerar en su totalidad ni aunque me lo propusiera.
Y que para peor, la solución implica dos cosas que pocos consideran: tiempo y esfuerzo (si, los mas viejos recordarán que el Proceso tenía un slogan que decía “Tiempo y esfuerzo, esenciales para cualquier logro”)

El tiempo es fácilmente entendible, aunque mensurarlo no lo será tanto. Pueden ser 1, 2 o 3 décadas lo que lleve la construcción de una sociedad que, aun inmersa en problemas económicos, no tenga tantos excluídos que ni siquiera llegan a saber de sus padres o sus abuelos lo que significa el trabajo en toda la concepción de la palabra.

Lo que va a costar entender, y esto es algo que ya lo venimos viendo, es que “los cachos de carne portadores del objeto del deseo del delincuente” deben tener una cierta protección, tan igualitaria como la del derecho del delincuente a un juicio justo.

Que la palabra “reprimir”, aplicada al delito, tiene que tener esa interpretación de que lo que se castiga es la acción de delinquir y no a la persona. De lo contrario, si al mismo tiempo que comenzamos a reformar el concepto del contrato social no demostramos que tenemos un objetivo claro en la legalidad y que se van a usar los mecanismos necesarios para que la ley se cumpla, lo único que vamos a lograr es que nadie nos de pelota.

Ni los delincuentes, que seguirán actuando al amparo de la falta de acción de los encargados de aplicar la ley, ni las víctimas que van a seguir viendo que ese es el único papel que le tenemos reservado para ellos.

No funcionan las recetas mágicas, ni los parches ni las soluciones parciales. Si queremos solucionar el problema de la seguridad, hay que abordarlo desde absolutamente todos los ángulos.

Porque si no, como decía Mariano Moreno, “nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía.”

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