Aunque este asunto se encuentre algo lejos de nuestro pais, tanto mis raices andaluzas como mi pensamiento socialista me acercan bastante al tema.
Hace unos días, ETA ha hecho explotar una bomba en el estacionamiento del Aeropuerto de Madrid con un saldo de dos desaparecidos, mas de 25 heridos, cientos de millones en pérdidas materiales y un proceso de ¿paz? herido de muerte.
Y lo que me motiva mas que nada a escribir esto es la hijoputez de algunos resentidos que privilegian el sacar una tajada política antes que solucionar los problemas.
ETA, en España, es un problema que lleva mas de 40 años dando vueltas, si lo contamos desde el primer atentado reconocido por esta banda de delincuentes.
No pudieron con ellos ni la dictadura de Franco, ni el Rey, ni la transición, ni la democracia post-franquista, ni Adolfo Suarez, ni Calvo Sotelo,ni Felipe Gonzalez, ni los GAL, ni José Maria Aznar y, por supuesto, tampoco Zapatero.
Se han intentado soluciones por la buenas y por la malas sin exito en el objetivo de terminar con la violencia de ETA.
Pero los derechistas, hoy, están pidiendo la renuncia de Zapatero. Con el discurso de “policía y justicia” aprovechan el fracaso de la que yo considero única oportunidad que quedaba por intentar, para demostrar las miserias que los movilizan.
Aun sin haber podido solucionar nada con la “policía y justicia”, aun habiendo sido los responsables de meter a España en un conflicto al que ni deberían haberse acercado y al solo efecto de chuparle las medias a Bush y Blair, aun habiendo mentido sobre los responsables del 11-M en un intento desesperado de no perder una elección, aun con todo esto son capaces de apuntar sus cañones contra su adversario.
Que bien o mal intentó algo distinto, de frente a la ciudadanía y no en las sombras desde un pais como Suiza como su predecesor.
Que lo que intentó no prosperó y no fue por su culpa.
¿Acaso ya se olvidaron, sres. del PP, que la bomba la puso ETA y no Zapatero?
Estas actitudes ventajeras e hipócritas son algo que me supera. Supongo que alguno comentará que con los violentos no se puede dialogar, y tendrá razón.
Lo único que espero es que deje también una propuesta de solución que no se haya intentado antes sin suerte, que sea legal y pueda ser efectiva.
Porque aun sigo prefieriendo un diálogo que no significa resignación a un “hay que matarlos a todos” y todos (incluyendo los de nuestro lado) terminan muertos.
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