En muchas ocasiones me he quejado de la Justicia, al ver que algunos de sus integrantes se preocupan mucho por la pulcritud, pero dejan que se embarre hasta no verse el concepto de “justa”.
Pero la noticia de ayer, sobre la sentencia que la Corte Suprema emitió sobre la “Ley Espía” es una bocanada de aire puro para una sociedad gritona e histérica, mas preocupada por el 1% de los delitos, que son cometidos por menores, que por el resto de los delitos, incluyendo aquellos que son cometidos por los propios políticos y con millones de perjudicados.
Recomiendo pasar por el blog de Gustavo Arballo y leer su opinión al respecto. Como es habitual en el, su explicación es la mas clara que pude leer.
En este caso, quiero agregar un detalle que parece haber sido olvidado. Todo este entuerto empieza como producto de un gigantesco negocio.
Si bien ahora todas las referencias apuntan a la inconstitucionalidad de la ley, la protección de la privacidad y por supuesto, a la gran innovación que representa la incorporación no legislada de la acción colectiva, los primeros movimientos contrarios a la ley 25873 surgen de la CABASE, quienes también inician una acción contra la constitucionalidad de la ley y el grave perjuicio económico al que se iba a someter a los ISPs mas chicos, los cuales iban a estar obligados a adquirir equipamiento especial (entiendase por “especial” el que vende una firma norteamericana) y caro, lo que llevaría a concentrar mas aun el mercado en las tres o cuatro grandes empresas existentes.
Hoy podemos dar gracias por haber recibido este “milagro” por parte de la Corte Suprema. Aunque, quienes hayan escuchado sin prejuicios en la noche de ayer a Eugenio Zaffaroni, habrán notado que no existe diferencia entre esta defensa de los derechos individuales y la que se le critica, con ese mote tan patético de “garantista” que le ponen.
Como bien lo dijo anoche, “cuando no saben como se resuelve un problema, inventan un enemigo”. Hay muchos problemas por resolver pero pocos tipos capaces de hacerlo. Y desgraciadamente, casi ninguno de ellos ocupando puestos ejecutivos.
Esta ley y los 4 años de idas y vueltas que tuvo son apenas una muestra de la inutilidad generalizada de nuestros gobernantes.
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[…] para que el hable es el mismo que dictó el decreto 1563/2004, que finalmente tuviera que ser declarado inconstitucional por la Corte Suprema en lo que posteriormente se conocería como Fallo Halabi. Recomiendo la lectura de este post de […]