Hace unos días leía en el blog de Ricardo Galli un “estudio”, hecho muy a la manera de Galli y es bueno que así sea, sobre los comportamientos clasificables en las discusiones en foros y twitter. Un muy interesante, chistoso y completo catálogo de personalidades.
Pero, el punto que me llamó la atención provino de esta frase:
6. En todos los foros y Twitter se verifica la tesis de Cipolla.
Dado que la mención está puesta con toda la naturalidad del mundo, como si la tesis de Cipolla se enseñara desde el jardín de infantes, a falta de link me fui a buscar que era eso. Y me encontré con la página de la Wikipedia en la que han escrito sobre Carlo Maria Cipolla (No, no es nuestro Caaaarlo 😉 )
Parece que este Don Carlo ha sido un prolífico escritos sobre la historia de la economía, pero ha tenido el honor de pasar a la posteridad por su “Teoría de la Estupidez”, la cual se cimienta sobre 5 leyes fundamentales, a saber:
1. Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación
2. La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona
3. Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.
4. Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso.
5. Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.
De estas 5 leyes fundamentales surge la posibilidad de organizar a la población en 4 tipos de personas:
1. Inteligentes, (Benefician a los demás y a sí mismos)
2. Incautos, (Benefician a los demás y se perjudican a sí mismos)
3. Malvados, (Perjudican a los demás y se benefician a sí mismos)
4. Estúpidos, (Perjudican a los demás y a sí mismos)
Tras ver esta clasificación, pude darme cuenta de algo: cada una de estas categorías tiene la particularidad de que sus componentes tienden a aglutinarse, mas no a separarse. Al contrario, las dos categorías mas populosas, los incautos y los estúpidos, tienden a dar vueltas sobre si mismo y entre ellos, como si fueran agua y aceite.
Si hay mucho movimiento, no se los diferencia adecuadamente pero dejándolos reposar un rato, se puede apreciar como se van cada uno para su lado. Y los inteligentes y malvados andan por ahi, como gotas de algún raro compuesto que tampoco se mezcla eficazmente con el resto.
Y también, y a este punto quería llegar, es muy interesante verlo desde el punto de vista de la política.
Descartemos a los incautos, esos son la gran mayoría de los votantes del partido que gana en cada elección, sea cual fuere el partido.
Descartemos a los malvados, esos son la gran mayoría de los que empujan la candidatura que termina venciendo en cada elección, sea quien fuere el candidato.
Los grupos que quedan, los inteligentes y los estúpidos, tienen comportamientos previsibles. Lo mas normal es, siempre hablando de política, encontrarlos uno enfrente del otro. Los primeros avisando de ciertas catástrofes y los segundos haciéndose los reverendos pelotudos, acompañando su desidia con alguna de las frases que Galli cita como “patrones observados”.
Entonces vuelvo a la definición de Cipolla y termino de convencerme que tenemos el mal karma, la condena o como le quieran llamar, a ser gobernados por estúpidos.
Repasemos: Siempre hay alguien que le avisa a un gobernante que está metiendo la pata. Aún asi, el gobernante no le da pelota. Ya sea porque no le gusta quien se lo dice, porque tiene algún interés mas particular, porque no se banca que le digan nada, lo que sea. Siempre, pero siempre, alguien avisa de las cagadas por cometer.
Esto hace que se cumpla la primer condición, que es que de alguna manera, con esa metida de pata se va a perjudicar a otros. Con esto comenzamos a pensar que el tipo es malvado.
Y casi como si fuera una ley, con los malvados casi nadie se arriesga.
Sin embargo, va pasando el tiempo, y en vista de que las metidas de pata se reiteran y los avisos previos cada vez se escuchan menos, por la sencilla razón de que la gente se cansa de gritarle a un sordo, el supuesto malvado pierde toda contención inconsciente, esa que por ahí lo estaba limitando por haber oído lo que no estaba dispuesto a escuchar.
Asi es como, tarde o temprano, todos estos comienzan a meter la pata en su propia contra, sin darse cuenta. Van, de a poquito, minando su propio camino hacia adelante.
Mirando hacia mi ciudad, Mar del Plata, se puede apreciar en este momento, y para dar un par de ejemplos, el caso de la construcción de edificios en barrios tradicionalmente de chalets y casas bajas.
Lo que comenzó con medidas de excepción, beneficiando a unos pocos amigos constructores (malvado), fue usado en forma indiscriminada y llegó a producir que los habitantes de esos barrios, donde mas se concentran los votos de quien otorgó las excepciones, se sintieran amenazados y se le volvieran en contra. (estúpido)
Una licitación de cámaras de video para seguridad empieza con un tira y afloja del Intendente con C5N, el medio informativo propiedad de la misma persona que la única empresa ofertante a la licitación. Ante la posibilidad de que la licitación se caiga, C5N hace lobby y acusa al Intendente. El Intendente llama a conferencia de prensa y retruca. Todo vuelve a la normalidad cuando finalmente se acepta la oferta (malvado)
La oferta supera hasta 5 veces el costo que pagaron otros municipios.
Para tratar de despegarse de la decisión de pagar lo impagable, mandan a pedir “referencias” a la provincia, desde donde se habren de gambas y les contestan con nararas y sasarasas.
Resultado: el Secretario de Gobierno termina haciendo el papel de siendo estúpido diciendo “no sabemos como hacer para dar marcha atrás”.
A nivel nacional, creo que el caso del camionero y Secretario General de la CGT es emblemático. La maldad de ponerlo por delante como si de un ariete se tratara se termina volviendo en contra y conspirando contra quien infló un globo que ahora no saben ni como desinflar ni para que lado va a salir disparado.
Otra opción de diagnóstico a estos comportamientos podría ser que la maldad es el síntoma de una estupidez incipiente.
Sea como fuere, otro dicho que a mi me gusta mucho que es “no intentes explicar con malicia lo que se puede explicar con estupidez” cada día me parece mucho mas adecuado para definir los problemas sociales derivados de los comportamientos políticos.
Y tal como lo dice la 1a. ley de la estupidez de Cipolla, siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación. Que se concentran inexplicablemente en altas esferas gubernamentales.
2 comentarios
Me hiciste acordar una canción de Arjona donde
dice:
“Hay de idiotas un estadio”
Yo me enteré de Cipolla cuando un comentarista me hizo notar que una de mis tesis (la del “sólo hay tres clases de personas: buenos, malos y estúpidos” (esos últimos, mayoría) era muy parecida. Ahí ví que me habían afanado con casi 50 años de adelanto 😛
Yo creo que el tema de los políticos es por contagio: la gente cada vez es más estúpida, entonces hacen reglas estúpidas para estúpidos. Como dije en el post-tesis, la culpa pasa más por la sociedad general. Las Instituciones son reflejo fiel de los integrantes componentes.
Saludos!
PLPLE