Pasemos por arriba toda la información sobre los reclamos policiales y los saqueos. Ya todos sabemos lo que pasó. En Córdoba, en La Plata, en Mar del Plata, en Chaco, en Tucumán, en Jujuy, en Concordia … y si alguien no lo sabe, que escriba “saqueos” en Google y explique en qué cueva estuvo encerrado.
Hemos sido saqueados. Sí, pero no hoy. No ayer. No en esta semana. El saqueo viene desde hace mucho.
Tomemos por ejemplo la educación. Con el saqueo a la educación nos han saqueado más que un par de décadas. Yo recuerdo cuando participé del Congreso Pedagógico Nacional, del segundo, el de 1987. Nada hacía sospechar que tras tamaña participación democrática de educadores y educandos iba a ser tan fácil destruir el futuro de nuestro país.
Sin embargo, lo lograron. Convirtieron al sistema educativo en un mero productor de mano de obra barata, capacitada apenas para aprender lo mínimo indispensable que demanda el mercado y destruyeron a la gran productora de mano de obra calificada y motorizadora de la industria: la escuela técnica
Y esto se notó en los saqueos de esta semana.
La falta de un criterio estricto en el logro de los objetivos, el evitar hasta por decreto la repitencia, la degradación de la autoridad del maestro a cargo del aula, finalmente avalada por la inacción de los funcionarios y directivos, tarde o temprano hicieron eclosión. Hoy ya vemos la cáscara rota de lo que muchos anunciaron como el huevo de la serpiente.
Pero voy a dejar el resumen de esta circunstancia transcribiendo un tremendo pero completamente realista tweet de Roberto Garrone:
Hay inclusión social pero si no hay policías, muchos todavía no saben distinguir lo que está bien de lo que está mal.
Si se generaliza la cantidad de gente que no sabe distinguir lo que está bien de lo que está mal, y termina siendo imprescindible la presencia policial para que no se produzca el caos, es porque la destrucción de la escuela instructiva de ciudadanos ya se completó. No sólo la escuela no alcanza a formarlos y a contenerlos, sino que ya tampoco sus padres, y tal vez sus abuelos, tuvieron la ocasión de poder mostrarles esa diferencia.
Es imperioso, urgente, necesario, que se replantee el modelo educativo. Ya. No hay más tiempo o el resultado dentro de 10 años será mucho, muchísimo peor que ahora.
Un segundo caso para el análisis es el de la justicia.
La justicia es un organismo corporativo desde hace décadas, siglos, donde todo tiene un ritmo cansino, burocrático al extremo, donde los cambios radicales son moneda ausente aunque sean necesarios para la supervivencia de la sociedad.
La trágica costumbre de la violación de los derechos humanos por parte de las fuerzas represivas dio paso a una teoría “garantista”, como si la garantía del debido proceso, de la independencia, de la presunción de inocencia fueran más importantes que la propia justicia.
Es lo que comento siempre cada vez que tengo que referirme a ella: la justicia, está hoy en día más preocupada por ser pulcra que por ser justa. Y esto es aprovechado por el grupo menos escrupuloso de la “familia” judicial. Esos a los que también se los llama “sacapresos”.
Un escrito bien escrito por la defensa puede tener más fuerza que la bala asesina que llegó a la víctima. Y ahí empieza a hablarse de la “puerta giratoria”.
Esto termina siendo un mecanismo desvirtuante del concepto de Justicia y se llega a la conclusión a la que llegó el Dr. Razona, a quien cité en mi escrito anterior en este blog, que dijo “Se acabó el temor a la ley, pocos piensan en las consecuencias de delinquir, ya que lo ‘natural’ es quedar libre y rara vez permanecer detrás de las rejas.”
También hay una deuda pendiente con la justicia, que, en mi humilde opinión, no se va a resolver mientras lo pretendan hacer sobre la base de los intereses políticos de una mayoría temporaria.
Sobre esta base, la de la educación y la justicia, ambas entrampadas durante un par de décadas, el otro saqueo fue el de la seguridad.
Si el tema educativo se lo puede ver como el huevo de la serpiente y a la justicia como el lento devenir de las cosas, al tema de la seguridad se lo puede ver como un guiso armado a fuego muy lento.
Podemos recordar que la policía (las policías en realidad) fueron parte del mecanismo represivo de la dictadura. Pero, terminada ésta y comenzando la democracia, no había forma de barajar y dar con cartas nuevas. Había que usar lo que había, sacando las manzanas más podridas del cajón y reemplazándolas con manzanas ejemplares.
Esto fue lo que hizo Alfonsín, con mayor o menor éxito, con la policía que tenía a su cargo, la federal. Y el cargo de mayor responsabilidad recayó sobre el Comisario Juan Pirker. Sí, ese que ahora puebla con sus nombres las instituciones policiales, pero que es otorgado por gente a la que sólo le interesa el nombre, no su pensamiento ni su forma de actuar.
Pero … ¿qué pensaba y que decía Pirker?
“A ese aspecto, cuando más rápido y mejor se lo muestre producirá menos efecto contrario. El hecho malo hay que darlo a conocer íntegramente y de inmediato. Es la única forma de parar la pelota. Si se trata de esconderlos, minimizarlos o restarles importancia se deja la pelota picando.”
“El ser humano, dentro de sus grandes falencias, muestra siempre la faz más positiva de su personalidad y oculta la negativa. Siempre mostramos lo mejor. Pero cuando queremos saber de alguien buscamos la opinión de los de abajo. Un policía, cuando quiere saber de un comisario, no le pregunta al comisario inspector, sino al sargento.”
“Mediante el aporte del sacrificio el policía ve la posibilidad de un resarcimiento económico. No le sobra nada pero permite ir superando esta época en la que todos estamos en un contexto salarial estrecho e insuficiente. ”
“El policía nunca se saca el uniforme. Aún cuando vaya por la playa caminando en short sigue siendo policía.”
Fuente: esta entrevista.
Bien. ¿Qué fue lo que durante 20/25 años nuestros gobernantes hicieron con la policía?. Pues que trataron de que no les complicara la gobernabilidad. Le dieron una autonomía que no estaban en condiciones de asumir porque las manzanas podridas ahí seguían estando y actuando. Los ignoraron en sus reclamos. Tanto aquellos referidos a la corrupción de las cúpulas y los intermedios como a los reclamos de base, sobre sueldos, uniformes, herramientas de trabajo, etc.
Los mantuvieron aplastados en sus ingresos, como a los maestros, los médicos, los enfermeros, los administrativos públicos, pero como tenían impedida la protesta y la movilización, les abrieron la puerta del “yo miro para otro lado” y los dejaron que se financiaran como pudieran.
Sin ninguna intención de justificación, pero la culpa de la corrupción policial está bien repartida. Entre el policía corrupto y el gobernante que no lo controla.
Así llegamos al caso particular. Córdoba.
Un conflicto policial donde se cruza el límite. Una policía que, por razones que aún no me quedan del todo claras por la falta de información al respecto, decide romper la regla y usar un acuartelamiento voluntario como elemento de presión.
Con un gobernador que deja la olla al fuego y se va. Según él, a Colombia, y según las noticias que se conocieron al momento de explotar el conflicto, a Panamá. (A qué mierda fue a Panamá sin decirle nada a nadie? … mmmhhhh). Con un gobernador de provincia “opositora” ausente y lejano, un jefe de gabinete se refregó las manos, pensó en una agachada … y se mandó el cagadón del siglo.
Lo que se podría haber resuelto con el envío de una fuerza federal sin necesidad de hacerse el burocrático, terminó siendo la chispa que encendió el polvorín. Y tras una noche de terror, con el regreso de un De La Sota cansado y vencido, se cierra el capítulo 1 de un libro que se empezó a escribir solo, sobre la base de lo ocurrido en Córdoba y que demostró que ni siquiera la supuesta fortaleza impostada de Scioli, dicendo “no es un ofrecimiento, es una decisión” tenía lo necesario para imponer la “subordinación y valor” en su capítulo personal de conflicto.
Ya se había pisado la raya tras la cual se habían mantenido durante 25 años, sin atreverse a pisarla.
¿De qué me hablan cuando me hablan de “policía extorsionadora”?
¿Qué es lo que me quieren explicar con esa frase?
¿Qué los distintos gobiernos provinciales y el nacional hicieron absolutamente todo bien y que el problema es un grupo de mafiosos, como si no los hubieran hecho y alentado a ser mafiosos ellos mismos?
Vamos muchachos, hagan la prueba de tener un rottweiler encadenado y pasar todos los días a pegarle un garrotazo y quedarse a 10 cm. del alcance de la cadena, mientras lo alimentás mal pero le ponés el gato del vecino a la mano (a la mandíbula, en realidad) y te das vuelta y no le enseñás y castigás la manducada de felino.
Hoy creo que, tras haber superado y dejado atrás estas horas trágicas, tenemos que dar gracias que los policías hayan decidido acuartelarse y no salir pistola en mano a buscar a los gobernadores para que se hagan cargo.
Pero, en el camino quedaron muchas mas cosas rotas que las que mostraron los canales de TV.
A los comercios rotos debemos sumarle:
Que se cortó completamente el desarme de la población y que si hoy en día alguien tiene que poner un negocio para sobrevivir, lo mejor va a ser que ponga una armería. Va a hacer una buena diferencia.
Se terminó para siempre la no sindicalización de la policía. No es otro “debate que nos debemos”. Hay una sindicalización de facto y sin necesidad de hacer el más mínimo esfuerzo ya sabe cual es el mecanismo que funciona. Y que ante cualquier aviso de acuartelamiento, los que van a quedar con el culo que no les entraría ni un alfiler serán los políticos.
Sobre esto habrá que legislar rápido para adecuarse a los tiempos actuales. Sindicato policial y reglamento de protesta. De lo contrario, el riesgo de repetición será una espada de Damocles permanente sobre los gobernadores.
La policía aprovechó los errores que los políticos cometieron en las últimas dos décadas para dejarlos en una posición más que incómoda. Ya deben estar sintiendo el aliento en la nuca de los médicos que no van a operar y los enfermeros que no van a atender, enviando a la población a que se atienda en el hospital privado en vez del público.
Ya deben estar los maestros sacando las cuentas de cuánto pedir para que un maestro de grado pueda vivir con sólo un curso ante ellos, en vez de tener que hacer 3 escuelas diarias.
Ya deben estar los oficinistas mirando su recibo de sueldo y la falta de aire acondicionado en la oficina donde tienen que estar 6 horas con el calor de las computadoras quitándoles el aire.
Si lo miramos de otra manera, hay muchos que van a tener que agradecerle a la policía por estos 2 días de terror que nos dispensaron.
De mínima, además de lograr un sueldo que se acerca a la dignidad, los polis demostraron la hipocresía del sistema que te obliga a estar en blanco y pagar todos los impuestos, mientras el propio Estado es el mayor negrero del país.
Ahora, es muy probable que ciertos militontos empiecen a batir el parche con slogans como “ahora que cobran bien, que no mangueen la pizza” o “ya no tienen necesidad de apretar al transa, métanlo preso”.
Esos, los que hablen así, se pondrán en evidencia de ser partícipes de ese grupo que creyó que con el discurso del modelo alcanzaba. Los que pensaron que las palabras como “represión” no eran populares y pretendieron no usarlas ni siquiera cuando era necesario. Los que no hicieron nada en décadas y creyeron que era inocuo.
No, estimados gobernantes y apoyadores. Hasta no hacer nada tiene sus consecuencias. Ahí tienen los gobiernos en sus manos para asumirlas. Pongansé a trabajar, que bastante poco hicieron y los resultados de sus políticas están a la vista.
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