Con ese título, para la Sociedad de Fomento Villa Primera que me tiene como presidente, envié a la prensa de Mar del Plata un comunicado de prensa, en el que me refería a los vaivenes de la construcción de la terminal ferro-automotora de esta ciudad.
Motivó dicho comunicado las palabras del Secretario de Planeamiento Urbano, José Luis Castorina, que copio y pego tal cual fueron publicadas:
Ayer, secretario de Planeamiento Urbano, reiteró que “las modificaciones en avenida Libertad serán forzosas”, pero destacó que “nadie quiere tirar los árboles parar hacer el ensanche”. En ese sentido explicó que actualmente “se estudia la forma de sacarlos y relocalizarlos una fila más atrás o utilizar plazas para ello”.
En el día de ayer, el mismo funcionario vuelve a ser nota periodística, por el mismo tema, y les pido por favor que presten mucha atención a las frases que virtió:
“Ante la inversión hecha, no se justifica la precariedad con que se pondrá en marcha. Son problemas de origen. Es una iniciativa privada, tramitada ante la Secretaría de Transporte en la gestión de Ricardo Jaime”
…
el Municipio “no conoció ni siquiera el plan de trabajo hasta hace 60 días”, y subrayó que “hubo un adelanto de dinero para hacer obras que no se concretaron”
…
“Hasta hace un par de meses nadie sabía cuál era el proyecto para el ingreso y salida de colectivos, y cuál era el plan de trabajo. Por una cuestión de competencias, el Municipio no intervino”
…
hoy no se sabe por dónde va a ingresar la gente. Si lo va a hacer por la calle San Juan, “lo hará precariamente, y hacer semejante inversión para que todo ocurra en forma improvisada es desprolijo”.
Lamentablemente, tengo que decir que, aunque no explícitamente, me están dando la razón.
Son unos improvisados. Y cuando la improvisación se utiliza como norma de conducta, en vez de ser una reacción a la urgencia, convierte a los improvisados en inútiles.
Desde un principio se les indicó que el lugar donde querían construir la nueva terminal de omnibus estaba equivocado. Que en vez de concentrar trenes y colectivos en una ubicación casi céntrica de la ciudad, debían tratar de llevarla a un lugar mas alejado pero con una via directa de acceso, tanto para el transporte de larga y media distancia como para el transporte público de corta distancia que completaría el viaje de los turistas hasta el punto exacto de destino.
Se indicaron como lugares con mejor calificación para este emprendimiento los terrenos ubicados frente al Estadio Mundialista, a los cuales se podía llegar y salir por la ya ancha Av. Juan B. Justo o un predio cercano al aeropuerto local, de forma tal que se pudieran concentrar las tres formas de acceso (avion, tren, colectivo) en forma relativamente cercana.
Pero como ocurre demasiado seguido, la facilidad de hacer plata primó por encima de la facilidad del ciudadano de llegar y partir de nuestra ciudad.
Y como para que no queden dudas, el funcionario los demuestra con la frase remarcada: “hoy no se sabe por dónde va a ingresar la gente“. Claro, como si hubiera descubierto la pólvora, se da cuenta que tiene por delante un sapo de tales dimensiones que su deglución va a ser peor que un parto de nalgas.
Y también como es habitual, juegan el papel de mercenarios, haciendo el trabajo sucio que los primeros improvisados no quisieron siquiera mencionar. La transformación en pseudo autopista de la única avenida de Mar del Plata que aun parece un jardín.
La única avenida que no fuera tocada en décadas para darle “marco” a sus alrededores.
Al contrario de Constitución, modificada hasta el hartazgo para hacer honor a su nombre de Avenida del Ruido, Al contrario de Juan B. Justo, para que fuera el corredor de los omnibus de larga distancia y la via mas directa de acceso al puerto.
Porque la Av. Libertad aun es una calle de barrio apenas un poco mas ancha. La recorre apenas un par de lineas de colectivos y salvo la zona cercana a la playa, que se congestiona un poco durante el verano, y su intersección con Champagnat, donde las rotondas están ya demostrando su ineficacia, no tiene inconvenientes de transitabilidad.
No se ven embotellamientos, pero los que “planifican” el tránsito calculan 4 cuadras de atasco si empiezan a usar esa avenida los micros de larga distancia para ingresar a la Terminal.
Solo para recordar un poco, en junio del 2006 se llamaba a licitación y con un plazo de obra de 18 meses. En febrero del 2007 se adjudicaba con un plazo de obra de 24 meses. Tres veces se inauguró el “inicio de obra”, siendo la última en septiembre del 2008.
Hoy, a mediados de noviembre de 2009, 2 años después de la fecha en la que esta estación debería estar terminada, alguien está dejando el muerto tirado en el medio de la ciudad, obligando a un par de inútiles crónicos a decidir cuantos árboles cortar o que calles se deberán cerrar para que los turistas no se acuerden de ellos y su árbol familiar.
Dejo también un enlace a la nota de los autoconvocados contre el ensanche de Av. Libertad, donde mostramos también quien es el que está haciendo el “análisis” del flujo vehicular. Como dicen los españoles, “dios nos coja confesados” con el que nos tocó en suerte para resolver el tema.
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