Voy a dividir la nota en dos partes.
Parte I: para los que desprecian la marcha del #18F
De esto se trata la democracia. De que cada cual opine, marche, vote, putee, haga política, haga silencio, grite o se tire un pedo cuando quiere y de la forma que quiere, cumpliendo con la premisa de “no perjudicar a terceros”.
Si pensás que una marcha te ofende, el problema es tuyo que no deberías ser tan quisquilloso por como ejercen sus derechos los demás. Si no te gusta la marcha, ajo y agua, los gustos en la política se demuestran los días de elecciones.
Y de paso, ya que estás, pensá mejor que clase de “democracia” es la que te gusta. Puede que no te hayas dado cuenta que lo que llamás “democracia” es, en realidad, un fascismo infame basado en el egoísmo de pretender que los demás hagan lo que a vos te parece que tienen que hacer.
A partir de este momento, si seguís leyendo, sabé que podés leer cosas que no te van a gustar, sobre las que podrás opinar lo que quieras, excepto que no tengo derecho a pensar de esa manera o que tengo que rendir algún tipo de examen para que vos sientas que estoy “habilitado” a pensar así.
Parte II: para el resto
Empecemos por el principio: se cargaron a un fiscal.
No hay muchas vueltas para darle. Nisman no tiene residuos de pólvora en la mano que empuñaba el arma. Confirmado dos veces. Y 20 días después de la muerte siguen haciendo pericias que deberían haber hecho en las primeras horas que pasaron tras abrir la puerta del departamento.
Ya es totalmente al pedo que se pretenda imponer la teoría del suicidio. Nadie va a creer en ninguna prueba de esa teoría que haya sido “encontrada” después del día de la muerte. Mucho menos 1 mes después.
Ya sea que un servicio argentino, un iraní, alguien de la CIA o un chorro de poca monta haya matado al fiscal Nisman, por acción o por omisión el Estado Argentino es responsable. Y hoy las acciones del Estado argentino están regidos por ese engendro al que denominan “movimiento nacional y popular” que es la versión final del menemismo y una ampliación de la cueva de Alí Baba y los 40 ladrones.
Por eso considero necesario ir a marchar. Yo lo considero así. Sin tener que rendirle examen a nadie.
No tenemos ninguna obligación, ni nadie el derecho a pretender obligarnos, a adherir a los postulados políticos de Pando si vamos a la misma marcha que ella. Si ese fuera el caso, podríamos pedirle a los que consideran que la marcha está convocada por narcos y antisemitas que expliquen como es que adhieren al postulado de NO marchar de la misma manera que lo postula Biondini y su partido “Bandera Vecinal”, que es el nazismo vernáculo.
No tenemos ninguna obligación, ni nadie el derecho a pretender obligarnos a recordar otros muertos si vamos a la marcha para recordar (entre otras cosas) al muerto Nisman. Ni a los de Rio Tercero, ni a los de Once, ni a los de Ramallo, ni a los de Castelar.
De la misma manera que, por lo menos yo, no pretendo que Kristina no lleve a su ya muy reducida tropa de aplaudidores rentados y de movilización organizada a sus cada vez mas locas catarsis que realiza en los patios de la Rosada, a nadie debería preocuparle por anticipado que se convoque a la población a una marcha catalogándola como “política”. Si sos político o fuiste de los que ampliaste el pecho mientras dijiste “Kirchner volvió a atraer a la juventud a la política”, ahora recordá el dicho que dice “si te gusta el durazno, bancate la pelusa”.
Tendré (y tendrán) también todo el derecho de queja sobre los resultados. Por ejemplo, los contrarios a la marcha tendrán derecho a quejarse de que “la clase mierda ni siquiera pisa el pasto”, como ya lo han hecho, de la misma manera que yo puedo quejarme de que los aplaudidores de Kristina son como Atila, pasan, destruyen y finalmente, la cuenta de gastos la paga el ciudadano que jamás tiene la oportunidad siquiera de ver por dentro la Rosada. (Y les cuento por que. Porque la Rosada está enrejada para que no se cuele ningún indeseable)
También voy a ir porque creo que necesitamos una justicia seria, independiente y, como ya dije por acá mas de una vez, justa. No hablo de “democratizar” la justicia, porque ese ya es el discurso mentiroso de los que quieren romper el “corporativismo judicial” para convertirlo en el “corporativismo judicial que nos favorezca”.
Como si todo esto fuera poco, yo tengo muy en claro que lo detallado anteriormente es consecuencia de los hecho en los años que llaman “década ganada”.
Les transcribo parte de lo que escribí para el #8N (2012), cuando también dije YO VOY:
– Porque quiero que la Constitución se respete y se cumpla, no que se manosee.
– Porque quiero que dejen de intentar callarme exigiéndome votos en vez de respetar mi derecho. Por mas que uses frases como “legitimidad popular”, aún sin que nadie me vote tengo derecho a opinar.
– Porque quiero que la justicia tenga un bolillero que no esté lleno de bolillas de Oyarbide.
– Porque cuando Clarín era un aliado funcional a sus intereses a ninguno le importaba “la democratización de la palabra”, solo importó el negocio de consolidar el monopolio al que hoy desprecian.
– Porque cuando se necesita una ley de salud reproductiva, de muerte digna, de despenalización del consumo de drogas o de aborto no punible, cosas que impactan en la vida diaria de millones de personas, todo es remar en dulce de leche. Pero cuando se desesperan por tratar de arañar algunos de los votos de los pibes de 16 y 17 años, pasa como por un tubo.
– Porque no quiero mas personalismos cuasi eternos. (1)
– Porque quiero que los jubilados cobren lo que la justicia ha dicho que deben cobrar y no se siga usando su plata para engordar “gerentes”.
– Porque cada vez que dicen lo contrario a lo que la realidad nos muestra me demuestran que se creen mas gente que nosotros.
– Porque se creyeron tanto la parodia del odio a la clase media (a la cual todos ellos pertenecen, a excepción de unos cuantos que son directamente millonarios) que hacen lo imposible para que los pobres nunca lleguen a contaminarse con tamaña enfermedad.
Y, para complementar, lo que publica el Economista Serial Crónico
“Es por la inflación más alta del mundo, por los cincuenta y un muertos de once, por querer culpar al perejil que manejaba y por el despido con aplausos del funcionario responsable, porque destruyeron el INDEC y las estadísticas públicas, porque mienten la inflación, por el juicio penal a las consultoras, por mentir el crecimiento y dibujar la encuesta permanente de hogares, por la inconvertibilidad del peso y por saber que en el medio del cepo cambiario hay algunos amigotes que se están haciendo un festín, por bastardear lo que queda del MERCOSUR, por las trabas caprichosas y arbitrarias a las importaciones, porque el capricho llevó a que falten hasta pañales, remedios oncológicos o material quirúrgico, por la maquinara de propaganda estatal, la pauta oficial y el avance sobre los medios bajo pretexto de la “teoría de los dos demonios mediática”, por 678 que pagamos todos, por la cooptación y privatización del estado por el partido que gobierna, por el nuevo prólogo del Nunca Más, por esos Qom, Ferreyras e indoamericanos que se le escapan al relato, por la utilización de la AFIP para acallar opositores, por el abuso de las cadenas nacionales y los escraches a los Tosellis de este mundo que ya no se animan a hablar en público por miedo a represalias, por la persecución a Graciela Bevacqua, por la Campora privatizando las políticas sociales, las colectas de campaña “voluntarias” entre los empleados de las administración pública y los camporitas en las escuelas primarias, por Ciccone y la maldita impunidad de un vicepresidente corrupto que se llevó puesto un juez, un fiscal y al Procurador de la Nación, por los Daniel Reposo, las Beatriz “no hay fuga de capitales. De eso no se habla” Paglieri y los Guillermo “acá no se vota” Moreno, por bastardear el acto electoral adelantando elecciones, con candidaturas testimoniales o el oportunismo del voto a los 16, por la ley antiterrorista, la bolsa de Felisa, por Skanska, los sueños compartidos de Schoklender, los feedlots de Echegaray, por la complicidad K en el vaciamiento de YPF que no se borra con el relato emancipador de la estatización, por la política energética y de transporte y el derroche en subsidios y los viajecitos de Jaime y por esos diez años de crecimiento que no logran evitar que los trenes descarrilen y choquen o que al menos uno de cada dos chicos termine la secundaria, por los terrenos de Calafate fiscalizado por la hija de Alicia, por esos plazos fijos en dólares que les dieron 12% de interés, por la modificación tributaría entre gallos y medianoche para evitar que los deudos de Nestor Kirchner paguen impuesto a la herencia, por la valija de Antonini y las de Southern Winds, por los fondos de Santa Cruz, por esos tres asesinados en la ruta de la efedrina que financiaron la campaña, por el “blanqueo/lavado” de 2008, por los “Vamos por todo, por todo!”, Por la connivencia con la delincuencia organizada del futbol que financiamos entre todos, por las salidas culturales de Vazquez a dos días de haber sido condenado por prender fuego a su esposa…”
¿Se nota que lo de Nisman no es algo aislado?
Hubiera sido aislado si todo lo que está escrito arriba no hubiera pasado o, de mínima, se hubiera corregido. Pero lo que sucedió es que día a día siguieron subiendo la apuesta.
¿Como no pensar, entonces, que de tanto “ir por mas” no fueron por un fiscal y hasta por un juez, como denuncian que mandaron a frenar a Bonadío?
Lo que pasó con Nisman tiene una cocción de 10 años. Desde el día que Kirchner lo nombró en la fiscalía especial AMIA hasta su aparición con un tiro en el mate.
Lo que pasó con Nisman tiene muchísimas mas raíces en lo político de lo que al gobierno le gustaría que se viera. Por eso, no es una cuestión de politizar la muerte, sino de mostrar que la política, esa política que tiene como objetivo “ir por mas”, es responsable.
Por eso, el #18F YO VOY.
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