Hace mas de un año el tema del “impuestazo tecnológico” estuvo candente.
Pueden recordar lo que escribí en los dos post titulados “Alpargatas si, Netbooks no” aqui y aqui.
Como sucede siempre en la política argentina, tras la aprobación de una medida polémica, viene la calma y el olvido. Luego de un tiempo no se habla mas del tema y hasta se puede decir que ingresa dentro de un rango de “normalidad”.
Pero el post de Enrique Carrier, titulado “La paradoja fueguina” nos trae una novedad. Dejo la aclaración en sus propias palabras:
el impuesto tecnológico termina siendo regresivo en el caso de los celulares: lo pagan aquellos que compran los equipos más baratos
¿Y por qué se da esta situación que, a priori, debía ser al reves? Nuevamente, Carrier nos lo explica:
los equipos de nivel de entrada son importados en vez de producidos en la isla promocionada porque, al tener un precio más bajo, el impacto de los impuestos es menor que en los de gama alta y media.
Dicen que para mas claro hay que echarle agua: La rebaja de costos por ensamblar equipos baratos no logra justificarse en el precio final, por lo que el negocio está en armar equipos caros para esa gente que si tiene capacidad de compra.
Y esto viene a cuento de algunos de los argumentos que leíamos hace un año:
13. lo de la “brecha digital” no es más que una excusa para calmar sus propias conciencias. En realidad les importa un pito la gente pobre, saltan ahora con esto porque les tocan sus bolsillos y para que su egoísmo no sea tan evidente, usan esto como bandera, pero en el fondo, se cagan en los pobres. Existe una brecha mucho más importante: la brecha social.
17. SON bienes suntuarios, de eso no hay duda. Entonces, que paguen lo que tienen que pagar.
21. Este tema parece sólo importarle a los de clase media alta o directamente a los ricos. Es como lo del cacerolazo de los ahorristas o los piquetes del campo. En su vida se calentaron por lo que le pasaba a los demás, a la gente pobre, pero cuando les tocaron el bolsillo a ellos, demandaron el apoyo de toda la sociedad y dijeron “nosotros somos El Pueblo”. ¿Por qué este tema parece no importarle a la gente pobre? Yo te voy a decir por qué. Porque cuando no tenés ni para comer, cuando ya sos pobre en todos los aspectos de tu vida, no te interesa cuánto cuestan los LCD de 32” o los iphones 3G.
¿Y ahora?
¿Que hacemos cuando la realidad se ocupa de masacarles el discurso?
¿Tanta apelación a la gente pobre, tanta inquina contra la “clase media”, y al final resultó que los mayores perjudicados del impuestazo terminaron siendo esos mismos a los que se pretendía defender? ¿Como que no?, lean esto:
27. – Queremos que los sectores populares accedan a la tecnología? Creemos planes específicos para ello, como lo fue “Mi PC”. Creemos exenciones del impuesto específicas para esos sectores. Pero, insisto, siendo el consumo de tecnología un consumo netamente de sectores medios y altos, no mantengamos una generalización que es, a todas luces, injusta.
Volvamos a las sencillas explicaciones de Carrier, que no necesita mas que una linea para despejar la incógnita del ¿y esto como pasó?:
En una demostración de que cuando se interviene artificialmente los costos las cosas no son tan lineales como parecen a priori, el impuesto tecnológico termina siendo regresivo en el caso de los celulares: lo pagan aquellos que compran los equipos más baratos. Paradójico.
¿Le echamos algo mas de agua?
Cuando los que llegan a los ambientes donde se toman decisiones nunca en su puta vida produjeron o brindaron un servicio, la realidad se ocupa de aniquilar inexorablemente sus fastuosas teorías.
Apelemos a la grata letra de nuestra ley suprema, la Constitución Nacional:
Artículo 16- La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: No hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas.
En cualquier país del mundo, cuando sucede una cosa así, el que propuso la medida lo que hace es presentar la renuncia. Porque su “idoneidad” ha quedado un poco cascoteada.
En Argentina, y muy pocas veces, vemos renuncias. Y la mayoría de las que se producen es producto de sangre que corre o de alguna coima, cuando se hace tan evidente que ya no hay forma de esconderse, como el caso del ex Secretario de Transporte, Ricardo Jaime.
Pero, por sobre todas estas cosas, lo que se necesita es voluntad para ver los errores y corregirlos. Cuando eso no sucede, no es suficiente con decir que es “una campaña antinacional” ni una “mentira del monopolio multimedial”. Ni que cambiando estas reglas se erosiona “la seguridad jurídica”.
Si el objetivo era reducir la brecha digital y social y poner distintas tecnologías al alcance de las capas sociales de menores recursos, en el caso de los celulares metieron la pata, consiguieron exactamente lo inverso. Ahora, hagan algo y corrijan, en vez de salir a putear a los mensajeros. Gracias.
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