Todo el bardo armado en la última visita de Richard Stallman a Mar del Plata, del cual aporté mi opinión en el primer post de los miserables del software libre, hizo que tuviera que participar en la lista de correos de Solar, a los efectos de contraponer mi posición a las mentiras vertidas por Cristian Baldini.
En dicha lista aparecieron aquellos a los que la conjunción de las palabras “censura”, “Stallman”, “universidad”, “micro$oft” y otras les dieron la oportunidad de convertirla en una barricada de posiciones que, como mínimo, pueden catalogarse de radicales y podríamos llegar hasta el calificativo de prepotentes. Obviamente, no faltaron aquellos que solo se dedicaron a preguntar pelotudeces con tal de no ver lo que se estaba planteando.
Pero lo mas interesante es que comenzaron a aparecer algunos trapos sucios que parece que no habían sido lavados convenientemente en su momento y que resurgieron luego de varios años.
A partir de la publicación de la carta Paz argentina, por parte de la Fundación Software Libre América Latina, comenzó el ida y vuelta de acusaciones.
Tal es el caso de una nota publicada por LaVaca (1) referida a la visita de Richard en el 2004, organizada por ellos y “junto a Diego Saravia –integrante del foro Hipatia y padre del programa Ututo- y Vladimir Di Fiore, habitual colaborador de nuestra cooperativa e integrante de Solar.”
En dicha nota, acusan a Federico Heinz y Beatriz Busaniche, de Via Libre, de haber aconsejado a Stallman no brindar la conferencia en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.
Pero eso no es todo. A pesar de que dicha carta no especifica los problemas con los miembros de la asociación anteriores a su “reinicio”, como ellos mismos lo declaran, Lavaca dispara:
tal como señala la Carta Abierta de la Fundación, a sólo un año de su creación los miembros fundadores escogidos por Stallman abandonaron la conducción con un coro de acusaciones sobre el manejo de fondos y prebendas
Esto, obviamente, motivó que Busaniche, por su parte, y Sebastián Criado, por la suya, hicieran aclaraciones.
De estos post surgen dos puntos interesantes. Uno, que Busaniche declara que ella no participó de la organización de esa visita de RMS ni siquiera por mail y que según Stallman, la charla en la U. de las Madres se suspende por motivos “problemas logísticos”. Desgraciadamente, no he podido ubicar una explicación mas extensa de dichos “problemas”.
Otra, Criado aclara que se comunicó por e-mail con los responsables de Lavaca (que no tienen comentarios habilitados para sus notas), informándolos que erroneamente habían mencionado a esta visita como la primera a la Argentina y que el post se modificó quitando esta referencia.
Heinz, hasta el momento, no ha hecho aclaración alguna y Lavaca tampoco ha publicado ni linkeado estas respuestas en la nota original.
A pesar de parecer esto un puterío de barrio, se puede divisar una línea detrás de estas actitudes. La linea de buscar un enemigo donde sea.
Cualquier actitud que genere en alguien, ya sea una persona o una institución, algún tipo de ejercicio de la libertad de pensar o de ejercer derechos, dispara en forma inmediata una reacción de pretendida “lucha revolucionaria” contra quien ha osado detenerse dos segundos a meditar y pensar distinto, contra quien ofrece algún tipo de contacto con el “orden establecido”, contra quien no se sabe que hizo pero por las dudas es un aprovechador de imágen.
Obviamente, cualquier otra referencia al aprovechamiento político partidista del software libre o sus emblemas, como el caso de Richard Stallman, genera también espontáneamente una discusión filosófica sobre el concepto “político” de la lucha y defensa del software libre. Una estrategia bastante utilizada por quienes, en su orden de prioridades, tienen al “partido” por encima del “movimiento” y, como no tienen los huevos de reconocerlo, usan ese argumento para justificarse.
El constante uso de la palabra “revolucionario” ya me indica que estamos ante casos donde no se podría diferenciar mucho un militante de un gerente de marketing. Revolucionario fue Stallman. El resto lo aprovecha para justificar métodos, mas o menos radicales, mas o menos violentos, mas o menos factibles, mas o menos débiles.
Peor quien los definió mejor que yo, en la misma lista de Solar, es Hernan Olivera (de quien no dispongo de blog al cual linkear), quien en un mensaje deja las cosas muy claras:
“Alguien que es realmente revolucionario usa todos los medios que tiene a su alcance, los propios y los del enemigo, los que sea, para llevar adelante su lucha. Quienes se preocupan demasiado sobre si cada cosa que hace o dice tiene vinculación con el complot internacional en contra de la libertad, estan mas cerca de una pose fanatico-religiosa que de algo revolucionario.”
Pero eso no es todo. También encuentra un punto de falla entre estos grupos y su uso del lenguaje:
“Si queremos que mas gente sea consciente y adopte el SL, tenemos que tener un lenguaje entendible por todos, manejarnos con respeto hacia la inteligencia de los demás, encontrar una manera de hablar y plantear las cosas que sume. Te lo digo, porque he visto suceder lo mismo en otros ámbitos de militancia, en los que como hablan todos entre si terminan usando un lenguaje y asumiendo ciertas hipótesis que para el resto son chino básico, y crea una distancia que hace al otro sentirse excluido.”
El remarcado es mío. Porque es la síntesis perfecta de la diferencia entre lo que nos ha dejado Cristian Baldini y sus ahora seguidores y laderos y los que hasta hoy veníamos desarrollando una tarea determinada en pos del software libre.
Baldini y asociados, desde sus escritos, demuestran que su intención es la de imponer. Nosotros, como si fuera una autorreferencia al estilo de GNU, estamos convencidos de que debemos convencer.
Hemos visto casi todo lo que Hernán detalla como inconveniente. Lenguaje inentendible, falta de respeto a la inteligencia y a las personas en general, mentiras que restan, dividen y alejan, hipótesis de posicionamiento político, y varios etcs mas.
Que le vamo’acé, es el precio a pagar. A partir de ahora, los dejaremos que se cocinen en su propio jugo y sigan con su militancia de imposición por su cuenta.
Nuestra tarea va a seguir tratando de convencer a dos puntas. Desde las bases sociales y desde las cúpulas gubernamentales.
Al decir de Mafalda, no solo queremos romper las estructuras. Sabemos muy bien que hacer con los restos, y eso es lo que nos diferencia.
(1) LaVaca se define “una cooperativa de trabajo creada en 2001 con el objetivo de generar herramientas, información, vínculos y saberes que potencien la autonomía de las personas y sus organizaciones sociales”.
Comentarios recientes