Recordemos un chiste:
Un hombre vuela en un globo, cuando de repente, se percata de que está perdido, entonces maniobra y desciende lentamente hasta divisar a una persona en medio del campo y le grita:
– ¿Disculpe? ¿Podría Ud. ayudarme? He quedado en verme a las 2:00 p.m. con un amigo, llevo media hora de retraso y no sé dónde me encuentro.
– Claro que sí -le contesta esta persona-. Se encuentra Ud. en un globo de aire caliente flotando a unos treinta metros de altura, entre los 40 y 43 grados de latitud norte y entre los 58 y 60 grados de longitud oeste.
– Es Ud. informático, ¿Verdad? – Pregunta el del globo.
– Sí, señor, lo soy… ¿Cómo lo adivinó?
– Es simple, porque todo lo que ha dicho es técnicamente correcto, pero prácticamente inútil. Continúo perdido y voy a llegar tarde a mi cita porque no sé que hacer con su información.
– Y Ud. ¿Es político? -pregunta el informático-.
– Sí señor. ¿Cómo lo supo?
– Es muy simple. Porque Ud. no sabe ni donde está, ni para dónde va, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva el problema. De hecho, se halla exactamente en la misma situación en la que estaba antes de encontrarme, salvo que ahora, por alguna extraña razón …
…….La culpa es mía!!
No creo que Julio Cobos, Vicepresidente de la Nación, haya estado pensando en este chiste cuando tuvo que emitir su voto, sin embargo, a partir de ahora, se va a encontrar todos los días con situaciones que se van a encargar de recordarselo.
Y asi como la “borocotización” ya es un cartel reservado a los panqueques, excepto para la masa de autistas kunkelianos que lo califican de traidor, la “cobotización” puede que algún día alcance a convertirse en el rótulo de honor para aquellos que no vendieron su dignidad al mejor postor.
Realmente, me importa una mierda si está en lo cierto o si se equivocó con su voto. Desde hoy y hasta que actúe de otra manera, le voy a reconocer haber tenido los huevos necesarios como para seguir el camino mas difícil. Eso que como digo, hará que a partir de ahora se lo culpe hasta del aumento del precio del petroleo en Arabia.
Y digo que me no me importa el resultado de su voto porque hace rato que el conflico desatado entre el campo y el gobierno me generó un tapón auditivo selectivo que se activa ante la sola aparición de DeAngeli, Kristina, LLambías o Nestor Kirchner.
Nuestro pais, si alguna vez había comenzado a recorrer un camino en la escuela de la democracia, acaba de volver al jardín de infantes.
Porque lo que hemos visto es la típica pelea escolar del gordito grandote contra el enano maldito.
A uno, en este caso el gobierno, representado por el gordito grandote, solo le interesa mostrar que saben hacer lo único para lo que los peronistas se preparan toda su vida, EJERCER el poder. Tener la capacidad de marcar la raya y cagar a trompadas a cualquiera que ose pisarla.
Al enano maldito (campo) le chupa un huevo el poder. Le interesa sacar ventaja para el y que el resto se cague, mientras el resultado sea que el se coma los chupetines.
Nos hemos pasado 4 meses escuchando hablar de diálogo, sin que nadie esté dispuesto a dialogar, y de redistribución de riqueza, sin nadie dispuesto a redistribuir nada.
4 meses descubriendo mezquindades, sufriendo el aprovechamiento de la situación por parte de los que mas tienen y menos quieren redistribuir, viendo como se gasta el dinero moviendo y acampando vagos, como se repite la historia de unos que saben lo que hay que hacer pero nunca demostraron saber como hacerlo y otros que no saben que hacer, pero que tienen muy en claro que antes de saber, hay que estar.
Si no fuera porque de ambos lados del conflicto se demostró que no les importa que el pais crezca, que se industrialice, que se eduque al soberano, que se proteja a la niñez y miles de etcéteras mas, estaría confiado de que esta competencia para ver quien la tiene mas grande, una vez terminada, debería conducir a ver que hacemos ahora para mejorar la calidad de vida del pueblo en su conjunto.
Pero, como decía Borges sobre los peronistas, no son buenos ni malos, son incorregibles.
Asi que ahora nos tenemos que preparar para que el campo esgrima durante años su título de “gran poronga argentina” y los K destinen la mayor parte de su tiempo en programar la forma de tomar venganza.
Porque, pongamos la realidad sobre la mesa. Ni el campo ha sido nunca el motor del crecimiento de nuestro país ni los peronistas (dejando de lado los discursos, que son muy fáciles de escribir) los adalides de la democracia y la participación ciudadana.
¿Alguien cree que van a cambiar, a esta altura?
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